.Mireia Sallarès._.Nora Ancarola _.Joan Morey._.Carles Congost _.María Ruido._.Núria Font.

 

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.selecció de vídeos per a projecció.

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.article de Virginia Villaplana.

LA REOCUPACIÓN DEL FUERA DE CAMPO. APUNTES SOBRE LA OBRA DE MARÍA RUIDO
VIRGINIA VILLAPLANA

”La que para mi –por ahora– es la fórmula ideal ha sido descrita por Ernst Larsen en un ensayo reciente sobre vídeo-cine: <Transformar el proceso de identificación ideológica en crítica política sin desechar la cuestión de la identidad> (For an Impure Cinevideo, The independent, mayo 1990). Para mí, crítica política es la crítica no solamente de las fuerzas sociales opresoras, sino de las formas dominantes de representación de esas fuerzas. Me acuerdo del viejo dicho de Godard de no sólo hacer filmes políticos, sino hacerlos políticamente. Lo cual me permite ocuparme de muchas de las convenciones cinemáticas dominantes. El desdoblamiento de las identidades, la degeneración óptica de las imágenes, el personaje cuya visibilidad para el otro no está nunca explicada, el actuar con una voz y con una sincronización inadecuada, las atribuciones impresas de monólogos citados, etc. Todos esos trucos entran y salen de escenas planificadas narrativamente. Estoy aprendiendo a jugar cada vez más según las reglas, para romperlas mejor..., para romperlas mejor.” Ivonne Rainer. La narrativa al (mal) servicio de la identidad.

El lugar de los relatos

La obra de María Ruido se centra en tres lugares de enunciación sobre la representación. Estos lugares de encuentro son las políticas de la memoria, la crítica de las narrativas y las políticas de género que se mueven como un dispositivo de blanco móvil sobre el que se propone un único gesto.

El gesto de construir representaciones y relatos que dieran cuerpo a nuestros sueños e hicieran posible la transmisión de nuestras experiencias, que generasen memoria y aprendizajes colectivos. La propuesta de María Ruido se expande entre el arte y el cine como herramientas de investigación desde 1995, con proyectos interdisciplinares sobre la elaboración social del cuerpo y la(s) identidad(es), sobre el imaginario de las mujeres en relación al trabajo, y sobre las formas de construcción de la memoria colectiva y personal, a través de las artes visuales y la escritura.

La obra de la artista y escritora María Ruido desde sus primeros trabajos en vídeo y performance Ethics of care, Hansel y Gretel, La voz humana y Cronología relacionadas con la reflexión sobre los cuerpos, las identidades sexuales y su marco de representación dentro del marco de la institución arte y su contexto político social, hasta su último proyecto sobre políticas de la memoria, Plan Rosebud, pasando por sus tres filmes anteriores, La memoria interior, Tiempo real y Ficciones anfibias, sitúan las formas de producción de la identidad vinculada a la actual globalización de las formas de producción cultural. En sus análisis, estas mujeres no solo subrayan la existencia de toda una serie de actividades (normalmente realizadas por mujeres) devaluadas y condenadas a la invisibilidad, a la gratuidad y a la categoría de no-trabajo, sino que también insisten en la necesidad de poner en el centro de la cuestión económica la lógica de la sostenibilidad en vez de la lógica de la acumulación. Si convenimos, con la artista Hito Steyerl que el sistema de producción de las imágenes y el sistema de producción económica se corresponden, los mecanismos de su funcionamiento y sus formas de legitimación deberían ser terrenos de estudio comunes.

De ahí la insistencia en trazar esta conexión entre representación y trabajo y la insistencia aquí y ahora en la producción de imágenes propia o en el sabotaje de las ajenas.

Las cuestiones que la obra de María Ruido interroga se abren hacia las prácticas artísticas y el documentalismo. De este modo, el documentalismo y la práctica del desmontaje en el arte contemporáneo utilizados en la obra de la autora responden a los nexos entre la función de la imagen documental, la recuperación de los procesos colaborativos del cine político y las narrativas de género.

La voz de la imagen

“The works I have been producing can be viewed in general as different attempts to deal creatively with cultural difference (the differences both between cultures and within a culture). They seek to enhance our understanding of the heterogeneous societies in which we live, while inviting the viewer to reflect on the conventional relation between supplier and consumer in media production and spectatorship.” Trinh T. Minh-ha. Identity and Representation.

Imbricada en una genealogía de la que María Ruido se muestra partícipe, Plan Rosebud, La memoria interior, Tiempo real, Zona Franca y el autorretrato Le paradis parten de la dialéctica de la negatividad en la que se apoyan algunos films desde finales de los 60, y se sitúan en la defección y el sabotaje a través de la desestetización, el fuera de campo, el reencuadre y la insistencia en el tiempo real del plano secuencia, para proponer la representación como un territorio privilegiado de la práctica política, un espacio de producción simbólica ocupable y necesario desde el que generar, tal vez, una vía de éxodo a un imaginario común.

El desmontaje fílmico de las cineastas Marguerite Duras y Chantal Akerman se escribe como una forma audiovisual que propone una lectura paralela de los discursos y algunas estrategias de representación como prácticas políticas referenciales del contracine feminista. Una deslocalización y reocupación de un fuera de campo narrativo que enuncia más que aquello que es visible en los documentos de archivo. El archivo fílmico, la entrevista y la incorporación de una semántica que desmiente la relación entre “documento” e historia del presente se superponen como una metodología poética en la obra de María Ruido.

El desmontaje, la imagen de apropiación, la puesta en escena y la postproducción de la narrativa, son claros síntomas de los tiempos del post-capital en los que la imagen-documento se torna como una forma de lectura de los contextos sociales. Las prácticas, en la obra de María Ruido, hablan de los espacios de mediación entre la puesta en escena previa al documento y su puesta en circulación, interpelando al contexto social en el que las imágenes son leídas e interpretadas. De ahí que el centro de interés de los films de María Ruido se desplace de la representación del relato documental a la cuestión de cómo se inscriben las narraciones en el tejido social y material, y de cómo a su vez se ponen al servicio de las subjetividades que lo habitan.

La obra de María Ruido y la de otras autoras como Berke Bas, Hito Steyerl, Trinh T. Minh-ha, Tracey Moffat, Sally Gutierrez, Caecilia Tripp y Lisl Ponger narran las nuevas condiciones globales en las que se muestran las representaciones sobre la clase, la raza y el sexo mediante la generación de narrativas documentales.

VIRGINIA VILLAPLANA RUIZ. ARTISTA Y ESCRITORA. DOCTORA EN BELLAS ARTES Y COMUNICACIÓN SOCIAL. SU PRÁCTICA SE SITUA ENTRE LA TEORÍA CRÍTICA, LA PUBLICACIÓN EDITORIAL Y LA DOCENCIA. ES AUTORA DE LOS LIBROS EL INSTANTE DE LA MEMORIA, ZONAS DE INTENSIDADES, 24 CONTRATIEMPOS Y CÁRCEL DE AMOR. PROFESORA ASOCIADA EN LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA. DEPARTAMENTO DE TEORÍA DE LOS LENGUAJES Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN.