–PROJECCIONS MONOGRÀFIQUES




ALBERT ALCOZ
FÉLIX PÉREZ-HITA
YAPCI RAMOS


YAPCI RAMOS

cv

selecció de vídeos
per a projecció


videografia

article de Nora Navarro


 


YAPCI RAMOS, VIAJES DEL YO HACIA LOS OTROS

El imaginario artístico de Yapci Ramos (Tenerife, Canarias – 1977) conforma un caleidoscopio de espejos multiangulares con fragmentos de historias, cuerpos, cantos y rituales que giran hacia su interior, pero con una lámina reflectante hacia el ojo que mira, pues su búsqueda poética del yo proyecta diálogos simétricos con la alteridad para leerse y reencontrarse en ella.

Pero la artista sabe que la mirada que observa desde el otro lado a través de su lente solo ve, en el fondo, su propio dibujo, porque el universo de Yapci Ramos plantea un viaje circular e inagotable del yo hacia los otros, “un doble juego permanente”, en palabras del escritor y crítico Simon Njami, que solo completa quien refracta la luz hacia su charca y se mira en los temblores del agua.

Su trayectoria internacional como artista visual, videoartista y fotógrafa, que ahueca las alas en la década de los 90 del pasado siglo XX y ha recorrido salas de arte, galerías, ferias y bienales de todo el mundo, orbita alrededor de los ejes vertebrales de la identidad, la sexualidad y el territorio, con un carácter multiformal e inmersivo a caballo entre el videoarte, la fotografía y el arte sonoro, donde cada medio o lenguaje elige el discurso, y no a la inversa, como el grito que precede al nudo o la sangre antes de la herida.

Formada en fotografía en el Central Saint Martins College of Arts & Design de Londres y en documental de creación en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, la escala del mapa de acciones de su obra es emocional y física, pero también territorial, donde los caminos de introspección de la artista horadan las raíces de su origen canario, su herencia generacional y sus vínculos con el continente africano vecino, pero también atraviesan el cuerpo como territorio de exploración, conflictos, tabúes, opresiones, revelaciones, catarsis, movimiento perpetuo y, sobre todo, fuerza expresiva y creadora, con la mujer como protagonista en la conquista de la libertad.

Así, las coordenadas de la narrativa audiovisual de Yapci Ramos adquieren una dimensión universal, no solo porque su obra se nutre de códigos y vivencias de numerosos viajes y residencias artísticas de largas temporadas en América Latina, África y el Caribe, con su residencia fijada entre Barcelona, Tenerife y Nueva York, sino porque sus procesos creativos transitan los senderos de lo íntimo e, incluso, de lo oculto, para luego tomar distancia y destilar la esencia del ser humano bajo la impronta de sus lazos identitarios, las tribulaciones de su tiempo y los imperativos normativos de su contexto sociocultural y geográfico.

Además, una de las prácticas artísticas que recorre el conjunto de la obra de Yapci Ramos se corresponde con la repetición del ritual como símbolo de purificación, con representaciones casi performativas que rinden homenaje a ese legado ancestral y que, a un tiempo, exploran cuestiones de la realidad contemporánea mediante ceremonias que gravitan y reflexionan sobre aquello que somos: la memoria, el tiempo, la desnudez, la soledad, el descubrimiento, la fragilidad, la vergüenza, la rebelión. En esta línea, uno de los rasgos comunes de este poliedro artístico consiste en visibilizar cuestiones de género que permanecen en la penumbra social, como la prostitución, la menstruación o la maternidad, que remiten a un yo femenino que se posiciona a través del videoarte contra la represión, la negación o la mercantilización del cuerpo.

Podría decirse, con todos estos mimbres, que el universo total de Yapci Ramos constituye un ritual de autoconocimiento, desdoblamiento y transición bajo los principios de Pessoa, de que: “vivir es ser otro” y “sé plural como el universo”. Pero la sencillez y sutileza de cada una de sus propuestas artísticas, que reproduce fórmulas de reiteración como alegoría de los ciclos y los ritos, alojan una profundidad narrativa que permite deshojar cada pieza en múltiples capas: en tantas como las formas y colores que describe el fondo del caleidoscopio al dar vueltas dentro de sí mismo.

“Back and forth. (…) You gonna have to walk this walk continually. (…) Until you get to the side where you wanna be”, como enuncia uno de los protagonistas de la pieza de vídeo Back & Forth (2018), donde la artista retrata a su grupo de amigos de Barcelona entre los años 2006 y 2008, compartiendo sus sueños, expectativas y proyectos, y que, una década después, vuelven a colocarse ante la cámara para recapitular y cerrar un arco de balance generacional, en la estela conceptual que rige la obra del cineasta Richard Linklater: “la verdad solo puede expresarse a lo largo de una trayectoria en el tiempo”.

El proyecto que quizás engloba de manera holística el universo creativo de Yapci Ramos es la trilogía expositiva que integran las muestras independientes Show Me, Know Us y Welcome Her (2019), comisariada por la historiadora e investigadora especializada en género Yolanda Peralta, que se plantea como tres vértices de una triangulación artística de la identidad concebida como una construcción de múltiples configuraciones. Este ambicioso proyecto se inscribe en tres tiempos, tres espacios y tres prismas diversos que, en conjunto, sitúan en el centro a la mujer bajo la influencia a través de un viaje expositivo que comienza en la revelación y culmina en la bienvenida.

Así, Show Me se compone de una miscelánea de rostros eclipsados por el estigma social y que miran de frente al ojo-objetivo de Yapci, como si derribasen los muros que erige el silencio alrededor de los cuerpos. Pero esta muestra constituye, a su vez, una cartografía audiovisual de la trayectoria de la artista, puesto que reúne muchas de sus obras multimedia y fotográficas más destacadas, realizadas entre 2005 y 2018, donde pone de manifiesto la fuerza del instante y la emoción fugaz que cristaliza en una imagen cuando se mira, en palabras de Wim Wenders, “a la altura de los ojos”. Una de sus representaciones más simbólicas es la serie fotográfica Perras (2012), donde la artista retrata a estos animales abandonados en las calles como un trasunto de la marginalidad y el aislamiento de las trabajadoras sexuales que denuncia en la ciudad de San Nicolás, en la isla caribeña de Aruba.

El segundo capítulo de este relato expositivo brinda una nueva mirada hacia dentro, que, en esta ocasión, escala su árbol genealógico para iniciar un juego performativo por las venas de su identidad genética. La artista selecciona distintos retratos de su álbum familiar y adopta los mismos gestos, posturas e indumentaria, en un ejercicio de mímesis donde calca las líneas que modelan su fisonomía y que exhibe en retratos duales como hologramas hipnóticos, donde una imagen se difumina y se redibuja en la otra. Esta propuesta formal de Know Us, que explora los ecos del pasado que reverberan en su interior para traerlos al presente, materializa otra de las características comunes de sus propuestas, que es la participación total del espectador o espectadora en la obra, ya que los distintos rostros de la muestra se revelan según el lugar en que nos situemos para mirar.

Finalmente, Welcome Her desembarca en la última estación de este viaje expositivo y constituye, precisamente, una metarreflexión sobre la idea del tránsito y el movimiento continuo que se enmarca en el contexto del continente africano, donde la artista ha trabajado en numerosas ocasiones y con el que mantiene un estrecho vínculo emocional. Esta muestra, que concibe los flujos migratorios desde la perspectiva de la bienvenida, también pone de manifiesto la naturaleza inmersiva de sus procesos creativos para superponer su historia en las historias de los otros, al igual que su rostro en otros rostros o sus interrogantes en otras páginas que se reescriben en el encuentro.

A vista de pájaro, el amplio mapa artístico de Yapci Ramos aloja un entramado de caminos de ida y vuelta entre piezas, acciones y pulsiones que dialogan a través del tiempo como filamentos entretejidos en un mismo estambre. En 2014, la artista se encuentra recluida en la habitación de la séptima planta de un hotel radicado en uno de los barrios más inseguros de Tegucigalpa, en Honduras, envuelto en un tumulto de disparos y de miedo hasta que, de pronto, repara en el canto de un pájaro. Entonces, como un guiño al lenguaje de los aborígenes canarios, primeros habitantes de las islas, que fundaron la tradición ancestral del silbo gomero para comunicarse a través de los barrancos, Yapci decide emular su gorjeo y empieza a silbar, como si iniciara un diálogo cómplice de ventana a ventana, para desenjaular la angustia. La grabación de ese vuelo imaginario en el alambre de la incertidumbre conformaría su futura pieza sonora Freedom (2019).

Un año después de su inauguración, la pandemia del coronavirus pone el mundo en cuarentena y decreta el confinamiento real de las libertades de movimiento. La artista, que disfruta de una residencia artística en The Watermill Center Artist Residency, en Nueva York, convoca entonces a varias personas anónimas para que, al igual que ella, se coloquen ante la cámara, reconecten con este estado de crisis y graben su llanto en privado en plena catarsis, como parte de un ritual colectivo de desmoronamiento y purificación frente a la impotencia. El resultado final es una videoinstalación en formato multipantalla, proyectada en un altar esférico de recorrido circular, como los ciclos y los ritos, titulado Lloro (2021). Pero el anverso de esta pieza se retrotrae, en realidad, al año 2018, con la obra I Don’t Mind II (2018), una ceremonia del goce cuyo apartado sonoro se compone de grabaciones de los orgasmos y gemidos de sus protagonistas, donde el ojo-objetivo de la artista vuelve a arrojar luz sobre realidades veladas como, en este caso, la sexualidad y el deseo, recontextualizando el yo más privado en el espacio público expositivo, que nos interpela desde lo cotidiano.

Asimismo, Yapci Ramos pergeñó su pieza artística más visceral y orgánica en el transcurso de dos años, en los que, cada mes, se desnudaba y escribía sus preguntas con la tinta de su sangre menstrual en la pared de mármol de su ducha, como una hoja en blanco, que luego diluía en el agua del grifo como una coreografía de creación y destrucción en 24 palabras: Cómo, Por qué, Tiempo, Ahora, Verdad, Tú, Casa, Sí, Confianza, Despierta. La videoinstalación Red-Hot, que inauguró en la Galería Catinca Tabacaru de Nueva York en 2018, remite al rito ancestral de purificación de las aborígenes canarias en el mar para perpetuar su fertilidad, toda vez que se inscribe en una corriente artística internacional que dinamita los tabúes asociados a la menstruación convirtiéndola en un recurso expresivo, y que Yapci emplea para sublimar y sangrar su angustia.

El paso del tiempo en las señales de su espalda, los parpadeos del fluorescente que languidece en el baño, la sangre amontonada que gotea y se transparenta en el agua; unidos a la fuerza de interpelar desde el lugar más vulnerable, el cuerpo femenino como posicionamiento político y resignificación identitaria, y la ceremonia del regreso al punto de partida para cruzar hacia el otro lado, desfilan en la obra de arte más rotunda de la artista, nacida de sus entrañas –“con la materia que he extraído desde dentro de mí misma”, manifiesta–, y con la liberación íntima como horizonte de lo posible.

Por todo esto, cuando Yapci Ramos se enfrenta a su autorretrato en formato visual y sonoro bajo el encargo de Flux, la voz que emerge desde el fondo de su alma estremece el aire con los ecos de los cantos aborígenes que anidan en su garganta, como una melodía que afina desde la tierra de sus raíces y que (des)entraña sus auges y caídas, las palabras interrogantes que sangran y que silban, los viajes a lugares remotos como caminos de regreso al centro de sí misma.

Entonces, su espejo se fragmenta en pedazos y colores de las historias de los otros, como el caleidoscopio que gira en el vacío del tiempo, pero se recompone cada vez que atraviesa su reflejo y vuelve a mirar desde un lugar distinto. Y sigue cantando, después del silencio, como quien regresa de la muerte con la única revelación de seguir buscando a Yapci Ramos, fuera y dentro de Yapci Ramos, la que grita, ríe y gime, la que mira, cuestiona y deconstruye, la que renace, canta y vuela.

 

NORA NAVARRO és periodista, comunicadora i crítica especialitzada en cultura. Des del 2013 treballa com a redactora de la secció de cultura i el suplement cultural del diari La Provincia, d’Editorial Prensa Ibérica. Actualment cursa un Màster en Gestió Cultural i col·labora amb diferents mitjans i projectes relacionats amb la literatura, les arts visuals i la visibilització de la dona a la cultura.





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